ULTRAFONDO

ULTRAFONDO

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El autor

José M. García-Millariega nació en un pequeño pueblo del municipio asturiano de Tineo hace 57 años. Tras terminar la escuela primaria, empezó a cursar bachiller en el ‘Monasterio de Corias’ (Cangas del Narcea), pero enfermó grave-mente, sufriendo una operación pulmonar y viéndose obligado —por prescripción facultativa— a dejar los estudios ‘sine die’. Tras ayudar a sus padres en un negocio familiar, trabajó posteriormente en la quinta planta de un pozo minero y, más tarde, en las carreteras y en los ferrocarriles. Hace ahora 28 años tomó la decisión de retomar los estudios y comenzar a correr, al igual que su esposa Hilda. A partir de ese momento, ambos compaginarían el trabajo, las aulas, los entrenamientos y la competición durante mucho tiempo. Más tarde Millariega estudió formación profesional administrativa y aprobó el examen de acceso a la Universidad de Oviedo, para cursar Derecho, matriculándose, sin embargo, en la carrera de Graduado Social, que terminó en Madrid, lugar donde, después —en la Universidad Politécnica—, se especializaría en varias áreas de Derecho del Trabajo. Por esa época también aprobó la oposición al cuerpo de Correos, aunque en la actualidad es funcionario de la Delegación del Gobierno en el Principado de Asturias. Dado su interés por el deporte, cursó después los estu-dios de Monitor Nacional de Atletismo y Maestro de Educación Física, estos úl-timos en la Universidad de Oviedo. Además se diplomó en Periodismo, a través de una institución extranjera, siendo durante muchos años corresponsal de la prensa asturiana y realizando muchos reportajes de perἀl humano. Más tarde se licenciaría en Ciencias del Trabajo en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Oviedo. Siempre le resultó muy difícil estu-diar y correr largas distancias a la vez, ya que se vió obligado a incardinar du-rante muchos años la formación universitaria —y otros estudios complemen-tarios— con los extenuantes entrenamientos para competir en el ultrafondo, lo que le dejaba muy poco tiempo libre para sus actividades cotidianas y —lo peor de todo— le limitaba mucho la actividad intelectual, debido a la dureza de las sesiones de acondicionamiento.En el plano deportivo, pese a ser un corredor popular tardío, participó en cientos de pruebas de todas las distancias por toda España y en extranje-ro, completando más de 30 maratones, con un mejor tiempo de 2 horas, 46 minutos y 52 segundos. Además, terminó 28 pruebas oἀciales en ruta de 100 kilómetros —muchas de ellas en Francia—, con registros dispares, aunque en once de esas 28 carreras consiguió tiempos entre las 8 horas y 37 y las 8 horas 40 minutos. También superó con éxito en seis ocasiones las 24 horas —la ma-yoría de las veces también en Francia—. Asimismo participó en las 48 Horas de Köln (Alemania), donde fue séptimo en su categoría. En el 2001 fue seleccionado —con el dorsal 23— entre 500 atletas de todo el mundo para tomar parte en la ‘Spartathlon’ donde —después de sufrir un sinfín de peripecias— fue descaliἀcado cerca del kilómetro 170. De la aventura escribió un libro, ‘Odi-sea en Grecia: tras las huellas de Filípides’, editado por ‘Cajastur’. Representó a Asturias y Cantabria en el europeo de países celtas, compitiendo en Clèder (Francia) con Bretaña, País de Gales, Escocia y otras regiones aἀnes. Dos veces hizo corriendo el trayecto Oviedo-Covadonga, el ‘Día de Asturias’ —8 de sep-tiembre— para llevar ofrendas de las autoridades del Principado a ‘La Santina’, que se encuentran depositadas en la Basílica de Covadonga. En la tercera oca-sión en que realizó ese recorrido —casi cien kilómetros— escogió el mes de octubre —menos caluroso— y no se detuvo en Covadonga, sino que, además, ascendió y coronó el último de los Lagos. También fue marchador, aunque sin demasiado éxito, siendo su mayor logro ser campeón de Asturias en ruta —so-bre 10 km— en su categoría de veteranos. En el año 2001 fue galardonado por las autoridades deportivas del Principado de Asturias, en cuyo acto el ‘Club de Campo de La Fresneda’ le dedicó la ‘Milla del Ultrafondista’, para recordar el circuito por el que entrenaba —hace ya veinte años—, durante muchas horas en solitario, acondicionándose para las largas competiciones en las que parti-cipaba, milla en la que todos los años se celebran las ya tradicionales ‘24 Horas Running Race’, recayendo sobre él la mayor parte del peso de la organización de esta prueba. Ha recibido numerosos reconocimientos y distinciones, entre ellos la insignia de plata del Ayuntamiento de Siero, su municipio de residencia.

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