ULTRAFONDO

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martes, 20 de diciembre de 2011

FRAGMENTO DE HISTORIAS DE LA MARATON, LOS 100 KM Y OTRAS LARGAS DISTANCIAS (José Manuel García-Millariega)

La maratón de los Juegos de París 1924
y la brillante actuación del español
Dionisio Carreras


En los Juegos de ‘París 1924’, por primera vez se utilizó el slogan olímpico —así como un logotipo— de ‘Citius, Altius, Fortius’ (‘Más rápido, Más alto, Más fuerte’). Fueron los últimos liderados por Pierre de Coubertin. La organización fue exquisita y estuvieron representados 44 países. Entre los ausentes se encontraban Alemania y sus aliados, como había ocurrido en Amberes.
La inauguración tuvo lugar en el estadio de Colombres —originalmente llamado ‘Stade Olympique Yves-du-Manoir’—, con asistencia de 45.000 espectadores. Los ‘Finlandeses Voladores’ (Flying Finns) dominaron las pruebas de larga distancia. Paavo Nurmi ganó en los 1.500 y 5.000 metros —realizadas con 70 minutos de diferencia—, así como el ‘cross country’, llevado a cabo con altísimas temperatura. Ville Ritola venció en la carrera de los 10.000 y en la de 3.000 metros obstáculos. Además llegó tras Nurmi en los cinco mil y en ‘cross country’. Oskar Albinus (Albin) Stenroos ganó la maratón.
Nurmi corría con el cronómetro en su mano derecha. Estableció 25 récords del mundo, desde los 1.500 hasta los 20.000 metros, en una trayectoria de doce años. Había ganado tres medallas de oro en los juegos de ‘Amberes 1920’, pero su actuación en los de ‘París 1924’ alcanzó tales dimensiones que éstos empezaron a llamarse la ‘Olimpiada Nurmi’, al participar en siete pruebas en seis días consecutivos y lograr cinco medallas de oro. Aunque estos también fueron los juegos en los que tomaron parte los protagonistas de la película ‘Carros de Fuego’, Harold Maurice Abrahams y Eric Henry Liddell.
Albin Stenroos había participado en su primera maratón en 1909, siendo tercero en los campeonatos nacionales de Finlandia. Aunque posteriormente se dedicó a competir en pruebas más cortas. Comenzó a hacerse famoso en su país en 1910, cuando se proclamó campeón nacional de los diez mil metros. Con 35 años cumplidos decidió participar en la maratón de los Juegos de ‘París 1924’, pese a no haber corrido esa distancia hacía 15 años. La prueba se celebró un 13 de julio —con fuerte calor, lo que la hizo especialmente dura— a las afueras de París. Tomaron la salida 58 participantes —representando a 20 países—, entre ellos el español Dionisio Carreras, que fue noveno, aunque pudo obtener un mejor puesto de no haberse equivocado en el recorrido cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a la meta.
Entre los participantes en la maratón de ‘París 1924’ volvía a figurar Hannes Kolehmainen, así como el subcampeón de Amberes, el estonio Loosman, si bien este último, al parecer ‘seducido por una parisiense’, contrajo matrimonio una semana antes de la carrera y la luna de miel hizo estragos…Kolehmainen hubo de retirarse, al parecer ‘muy agotado…como consecuencia de su vida de New York’ ‘se llegó a argumentar’. En el kilómetro 19 Stenroos se marcha definitivamente, amenazado hasta entonces por el norteamericano Clarence De Mar. Pero el italiano Bertini deja atrás a De Mar y se lanza a por Stenroos. El francés Verger también está en esa lucha, pero abandona en el kilómetro 31. Bertini no consigue dar caza al finlandés. Se le achacó que corrió al final un tanto desconcentrado, saludando ‘al estilo romano’. Al final la victoria fue para Stenroos (2h 41’ 22’’), siendo segundo Bertini (2h 47’ 19’’) y tercero De Mar (2h 48’ 14’’).
Tras el éxito de los ‘Flying Finns’ se abrió un debate sobre el secreto de su éxito. Lo único que transcendió fue que comían pescado seco y pan negro. Posteriormente, Stenroos obtuvo un segundo puesto en la maratón de Boston (1929), retirándose del atletismo al año siguiente. En cuanto a Dionisio Carreras (Fuente: Wikipedia) comenzó como corredor disputando las pollaradas (carreras de pollos) aragonesas, que al principio corría descalzo. Se celebraban en las fiestas mayores de los pueblos y tenían como premio pollos, además de algún incentivo económico de vez en cuando. Junto a Dionisio Magén —apodado el ‘Chato de Garrapinillos’— e Ignacio Latorre, fueron los grandes dominadores. Aparte de sus condiciones innatas para correr, el hecho de tener que realizar largas jornadas en el campo y la falta de medios de transporte de la época le acabaron de predisponer para competir a un nivel estatal. Se comenta que después de realizar una jornada de 6 horas en el campo, ganó una carrera en La Puebla de Albortón (Zaragoza). Más tarde, cuando estaba tomando un café en un bar, se enteró que en Azuara (otra localidad aragonesa) se disputaba una nueva competición, por lo que corrió los 15 km que le separaban esos dos pueblos, llegó a tiempo para tomar parte y también ganó esa carrera. Por la noche regresó a su pueblo y se comió uno de los pollos con los que había sido obsequiado. También se entrenaba cuando iba a ver a su novia, pues recorría 51 km. hasta Zaragoza para estar con ella.

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